2.- Jesús y Bartimeo

BASE BÍBLICA: Marcos 10:46-52

46 Entonces llegaron* a Jericó. Y cuando salía de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.
47 Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron* al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama.

50 Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.

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Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista.

52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.


INTRODUCCION:

Bartimeo además de ser ciego,  era mendigo:  un indigente que no tenía hogar, ni trabajo y dependía de las limosnas de las personas para poder sobrevivir.
Además, al estar sentado al lado del camino, podemos asumir que era un hombre sin un propósito claro, ni dirección.

En los tiempos de Jesús, una persona ciega se consideraba menos que los demás, pecadora y marginada de la sociedad.

Sin duda Bartimeo tenía una vida muy difícil, y aunque físicamente no podía ver, es fácil deducir que tuvo una Revelación que muchos no tienen.  Pudo identificar que Jesús era el Mesías, el ungido, al llamarlo Hijo de David.
Las Profecías del Antiguo Testamento señalaban que el Salvador, vendría de la descendencia de David (2 Samuel 7:12-17, Isaías 9:7).

¿Cuántas personas seguían a Jesús solo porque hacía milagros? ¿Y cuántos de los que lo seguían, lo habían reconocido como el Mesías?

Cuando Bartimeo escuchó que Jesús pasaba por ahí, no dudó en llamar su atención gritando: “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mi!”. Esto provocó que muchos de los que estaban ahí, quisieran callarlo y lo reprendían, pero el ciego gritaba aún más.
Su insistencia logró que Jesús se detuviera y lo mandara llamar.

Bartimeo, arrojando su manto (lo poco que tenía), se levantó de un salto y fue a Jesús. Que emoción tan grande habría sido para el ciego el llamado que  Jesús le hizo, que provocó que se levantara inmediatamente.

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Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní (Mi Maestro), que recobre la vista.

Bartimeo sabía perfectamente a quien se estaba dirigiendo. ¿Por qué no le pidió un bastón, o algún perro guiador, dinero, comida, o simplemente algo que le ayudara “humanamente” a su ceguera?

Pidió lo que sabemos que solamente Dios Todopoderoso nos puede conceder, el milagro para recobrar la vista… ya sea en lo físico o en lo espiritual.

Jesús al concederle el milagro para que recuperara la vista, le dio una nueva vida.  ¿Te imaginas lo que significa volver a ver? (2 Corintios 5:17)


PARA COMPARTIR EN GRUPO:

¿Qué características o comportamientos de Bartimeo, podían haber impedido el que se encontrara con Jesús?
¿Qué características o comportamientos de Bartimeo, permitieron que se encontrara con Jesús?

1.- Ciego (con discapacidad física).
Los ciegos eran considerados como pecadores y marginados de la sociedad. Esta situación en Bartimeo podía haber impedido que buscara acercarse a Jesús, pero Bartimeo hizo todo lo contario, su gran necesidad para recobrar la vista, hizo que clamara en voz alta a Jesús pidiendo misericordia, y no permitió que nadie lo callara.
Jesús se glorificó en su sanidad. (Juan 9:2-3)

2.- Mendigo.
Bartimeo era un hombre que dependía de las limosnas de los demás, su ceguera limitaba el que pudiera trabajar. Podía haberse conformado con esas dádivas o buscar la forma de salir adelante. Reconoció que solamente Jesús podía ayudarlo verdaderamente. (Lucas 18:27)

3.- Perseverante.
Bartimeo sabía bien lo que quería, y nada detendría su propósito para clamar y encontrarse con Jesús. (Jeremías 33:3, Lucas 18:3-5)

4.- Desprendido.
El manto, aunque parece poca cosa, puede ser el todo para un ciego, ya que es en donde se sientan, se acuestan, se protegen del sol o del frío, de insectos, etc.
El que Bartimeo haya decidido soltar su manto para ir en busca de Jesús es algo muy significativo. Es despojarse de “eso” a lo que estaba muy apegado, para ir en busca de algo o alguien mucho mayor. Alguien que supliría mucho mejor aquello que estaba soltando.
¿Hay algo que no podamos soltar y que está impidiendo que vayamos en busca de Jesús? ¿Alguna creencia, tradición, posesión, etc.?
(Marcos 7:8, Mateo 6:24, Filipenses 3:8)

5.- Humilde.
Bartimeo reconoció su necesidad y pidió misericordia.
(Santiago 4:6, Salmo 136:1-4)

6.- Hombre de Fe.
Bartimeo clamó y creyó en Jesús.
(Marcos 9:23-24, Hebreos 12:2, Romanos 10:10-11, Mateo 9:27-29)

 

PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1.- ¿Reconocemos que tenemos alguna necesidad?
2.- ¿Qué necesitaba Bartimeo?
3.- ¿Qué hizo Bartimeo en su gran necesidad?
4.- ¿Qué fue lo que sucedió, para que Jesús se detuviera a hablar con Bartimeo?
5.- ¿Qué le preguntó Jesús a Bartimeo?
6.- ¿Qué hizo que Bartimeo recibiera su milagro?
7.- ¿Hay algo que queramos recuperar?
8.- ¿Creemos que Jesús puede hacer el milagro que necesitamos?
9.- ¿Qué hizo Bartimeo después de recobrar la vista?


CONCLUSIÓN:
Bartimeo reconocía que tenía una necesidad, deseaba recobrar la vista. Solamente Dios Todopoderoso podía hacer el milagro que él necesitaba. Cuando escuchó que Jesús pasaba por donde él estaba, no dejó pasar la oportunidad de encontrarse con Él y no permitió que nadie lo callara.
Jesús se detuvo, se acercó a Bartimeo y le concedió lo que tanto anhelaba.  Jesús está vivo, sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros, y Él sigue haciendo milagros a los que claman a Él.  No calles, clama más fuerte porque hoy puede ser el día de tu milagro.